Los seres de cuatro paticas que llegan a casa con la energía vital de sus movimientos rápidos, sentidos abiertos y actitud al acecho para cualquier hazaña, son los favoritos cuando de sentir alegría dentro de un hogar se trata.

Están dispuestos la mayor parte del día, incluso más, a corretear largas distancias y curiosear su entorno. Pero, con la misma facilidad, olvidamos que en algún momento su comportamiento se modificará, irán envejeciendo y entonces su vigor ya no será el mismo. Justo allí notarás que ha de iniciar una nueva etapa para tu mascota, quizá la de la vejez. ¿Cómo harás para contemplarla, asistirla y cuidarla?

Iniciemos por los independientes, los de la intuición y mirada expectante: los felinos, no sin antes aclarar que la etapa de vejez de estos se podrá considerar como tal a partir de los 10 años, de manera que, si el tuyo es menor, solo concéntrate en disfrutar su tenacidad porque será muy joven aún.

La vejez de estas mascotas está claramente marcada por dos etapas. De los 10 a los 15 años, empezarás a notar que tu gato ha de ser más lento en sus movimientos, claro está, dependiendo de qué tan energético era durante su crecimiento.

Se estresará fácilmente si percibe cambios en su entorno, ya no saltará sobre superficies altas como lo podía hacer antes y tenderá a incluir sonidos extraños y miedosos con su fonética. Y al igual que los humanos, la artritis, diabetes, tiroides y problemas renales podrán atacar con facilidad. Las bajas temperaturas pondrán sus pelos de punta, y esa pizca de mal humor que quizá pueda caracterizarlos como raza, tomará fuerza y saldrá a relucir haciendo que disfrute pasar más tiempo a solas que en compañía.

Para contrarrestar su nuevo ciclo, dale una alimentación rica en antioxidantes, mantén su hidratación en un tope alto. Desintoxica su cuerpo con claro de leche y hierbas de diente de león y, además, dale unas cuantas cucharadas de aceite de coco para fortalecer su piel. Dedica tiempo del día para interactuar con tu gato y estimularlo física y mentalmente con juegos.

Con los canes, la vejez dependerá de qué raza sean. Sin embargo, generalmente esta etapa iniciará a sus 7 años. Si son grandes en tamaño, desde los 6 se empieza a contar. No existe pierde. Cuando le mires la cara o su pelaje y una canita salte a la vista, la vejez habrá llegado.

Notaremos que ya no es tan ágil como antes, le costará hacer ejercicio y esa colita ya no se moverá entusiasmada cuando le menciones salir a la calle. Iniciarán las enfermedades renales, los problemas cardíacos y los trastornos intestinales.

Como tu doggie experimentará sensaciones de cansancio, ya no querrá salir frecuentemente. Allí, el cuidado alimenticio es vital. Asegúrate de no darle muchas calorías si él ya no va a querer quemarlas en su día, empieza a darle comida “senior” según tu veterinario lo indique. Recomendamos un perfecto balance entre comida rica en vitamina C y fibra. Aliméntalo siempre en el mismo espacio y a las mismas horas.

Presta atención a su cuidado corporal. Comienzan a aparecer problemas en las piezas dentales, mal aliento y sarro acumulado; llévalo a revisión con su veterinario, cuida de sus uñas y, sobre todo, espolones. Más allá de lo físico, lo mental es primordial en su nuevo ciclo, sácalo a tranquilos paseos e invádelo de caricias y atenciones.